Nota introductoria: como decimos a lo largo del texto varias veces, en el momento en que nos dio por plasmar estas ideas el nivel de alcohol en nuestra sangre ya era notable. Avisamos de que no hay que tomárselo en serio, ya que además de borrachos estábamos bastante de coña, así que si al leerlo alguien empieza a pensar en nosotros como dos memos machistas, que sepa que la realidad difiere mucho de esa idea. Si al final lo publicamos es para que se vea el efecto del alcohol en nuestra capacidad de discernimiento, y qué coño, que al verlo al día siguiente sorprendía lo, al menos estructuralmente, decentemente escrito que estaba teniendo en cuenta cómo acabamos esa noche. Ahí va:
Escrito conjuntantemente por n.S. y Dain en estados de ebriedad. Y cuando decimos conjuntamente, es a la vez, pasándonos el teclado de uno a otro.
Las mujeres son... lo que son. No entiendan aquí algo que nosotros (no) queramos decir [espacio en blanco]. Es sólo que... bueno, nosotros somos hombres, esto es, no somos mujeres. Sabemos que es una idea redundante, pero, sencillamente, es así.
¿Por qué escribimos esto? Para que la gente lo entienda (pese a no creer que lo consigamos). Hay cierta relación entre el alcohol y las mujeres (bueno, aclaremos, entre el alcohol y NO conseguir a las mujeres; si folláramos todos los días juramos que seríamos abstemios). Así que nos hemos propuesto dilucidar cuál es tan complicada relación, por aclararla para nosotros mismos y darla a entender al mundo.
Hemos de aclarar que uno de nosotros es psicólogo. Y el otro psicótico. Pero, vaya, que ambas cosas sirven para lo mismo en cuanto a universo mujeril se refiere, esto es, NI PARA TOMAR POR CULO. El entender la psique humana es una cosa, pero de ahí a poder entender siquiera a una sola mujer, la más simple de entre todas las que puedas encontrar, hay un auténtico abismo. Pongamos un ejemplo: nadie entiende de dónde venimos (cósmicamente), ni a donde vamos (cósmica y literalmente), y no parece entrañar un problema. Lo tomamos como dogmas de fe; el MISTERIO de las mujeres es también incomprensible para nosotros, pero... ¿cómo nos lo tomamos?.
MAL, MUY MAL, evidentemente, sino no estaríamos haciendo el capullo escribiendo a estas horas sobre este tema, bebidos, como ya hemos aclarado antes. Nosotros lo intentamos, JURAMOS QUE LO INTENTAMOS, JARRRRLLL, pero no somos capaces.
Al meollo de la cuestión: expongamos nuestros casos. No, mejor no los expongamos. Como sea, que quede claro que no somos capaces de comprender a la mujeres. Para ellas el no y el sí son lo mismo. En eso radica la principal cuestión. Nuestro cerebro, racional, trata de entender un sí cuando oímos un sí, y viceversa. ¿Por qué ellas se empeñan en lo contrario?.
También está el nocivo efecto que producen en nuestro desempeño intelectual. A uno de nosotros, aunque probablemente a ambos, cuando una mujer le resulta lo suficientemente interesante como para fijarse de verdad en ella, se vuelve gilipollas. Así de sencillo. Gilipollas. Se le trastoca el equilibrio químico del cerebro. Dopamina, serotonina, acetilcolina, nosotros qué coño sabemos. Eso no tiene explicación neurológica posible.
Vamos, que básicamente escribimos esto porque ya vamos cocidos y estamos buscando una forma de descargar nuestra testosterona contenida. Ambos en nuestra vida hemos tenido, y tenemos...
fRUSTACIÓN+aLCOHOL=bLOG'S pOST
P.D.: creemos que al final, no hemos aclarado nada.
Mujeres y Cerveza
domingo, octubre 5
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1 comentarios:
Jajajaja!
¡Estáis como unas cabras adolescentes!
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